La mayoría de las características clínicas enumeradas aquí tienen su contrapartida en la medicina de adultos, pero muchas son específicas de la pediatría.
Quizá uno de los hechos más importantes que hay que recordar es que cuanto más pequeño es el niño, menor es su repertorio de respuestas a la enfermedad. Así, características que en el adulto pueden ser bastante precisas y bien definidas son mucho más nebulosas en el niño pequeño, y pueden apuntar a una gama mucho mayor de patologías.
Siempre en los niños debe mantenerse un índice de sospecha de Munchausen por poderes, es decir, síntomas facticios producidos por uno de los progenitores, casi siempre la madre.
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