Las infecciones respiratorias crónicas pueden plantear problemas al anestesista debido a las complicaciones postoperatorias, especialmente la bronquitis grave como consecuencia de las secreciones retenidas y el colapso de las vías respiratorias. Por ello, en afecciones como el enfisema y las bronquiectasias, puede ser útil un breve ingreso preoperatorio en la unidad torácica. Allí se puede realizar un tratamiento breve con antibióticos, fisioterapia y drenaje postural. Investigaciones como la medición espirométrica de la capacidad vital y el volumen espiratorio forzado proporcionan un indicador de la capacidad del paciente para expulsar la mucosidad de las vías respiratorias en el postoperatorio.
El niño con fibrosis quística que necesita anestesia general presenta un problema particular. Incluso cuando se encuentran lo suficientemente bien como para someterse a la intervención, corren el riesgo de contraer una infección nosocomial en la sala. Por ello, lo ideal es que ingresen en el hospital la noche anterior a la operación y reciban el alta lo antes posible.
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