La irrigación de heridas puede tener uno o varios de los siguientes objetivos
- eliminación de cuerpos extraños
- reducción del número de patógenos
- eliminación de sangre, coágulos y tejido muerto
- eliminación de células cancerosas libres
- humectación del tejido
La solución utilizada para irrigar puede ser
- solución salina fisiológica; su baja osmolaridad puede ayudar a la lisis de células tumorales libres
- antiséptico tópico, por ejemplo clorhexidina y yodo; ambos pueden causar una muerte celular indeseable del tejido huésped. Las alternativas incluyen la pulverización de povidona yodada seca en aerosol sobre la herida (se ha demostrado que reduce las tasas de infección) o la inyección local de antibiótico durante la operación.
Si se elige un antiséptico, no debe manchar la piel. La irrigación puede realizarse con una jeringa de pera de goma o con sistemas de baja o alta presión. Las pruebas sugieren que un sistema sencillo de alta presión, por ejemplo un chorro fino de líquido desde una aguja conectada a una jeringa grande, es muy superior a las alternativas de baja presión (1).
Referencia:
- Edlich, R.F., Thacker, J.G. (1994). Irrigación de heridas. Anales de medicina de urgencias; 24: 88-90
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