Se trata de una anestesia/analgesia regional intravenosa del brazo que se utiliza para intervenciones quirúrgicas menores y la manipulación de fracturas, por ejemplo, la de Colles.
Se introduce una cánula por vía intravenosa en la extremidad en la que se va a realizar la intervención. Se coloca un brazalete doble alrededor de la parte proximal del brazo. Se eleva la extremidad para favorecer el desangrado: una venda de goma aplicada firmemente de distal a proximal puede facilitar esta causa. A continuación, se infla el manguito superior a 250 mmHg para evitar un flujo arterial uniforme.
A continuación se inyectan en la cánula 20-40 mililitros de anestésico local, dependiendo de la ubicación del manguito: La prilocaína al 0,5% es el fármaco de elección porque es menos cardiotóxico que otras alternativas; la dosis máxima es de 3mg/Kg. Aproximadamente 10 minutos después, el anestésico debe haber empezado a actuar y se pueden realizar procedimientos sin dolor en el brazo. 20 minutos después de la inyección del anestésico local, el manguito inferior se infla por encima de la presión arterial y, a continuación, se desinfla el manguito superior. Esto se hace para evitar el dolor de la oclusión en la región del manguito superior, donde el anestésico local tiene una acción relativamente mínima.
Al soltar el manguito superior, existe el peligro de que un gran bolo de anestésico local entre en la circulación sistémica. La entrada es una secuela infrecuente y en pacientes frágiles puede ser un riesgo suficiente para evitar un bloqueo de Bier en favor de la anestesia general.
Todos los torniquetes deben soltarse al cabo de una hora y media como máximo.
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