El tratamiento de un absceso depende en gran medida de su localización, extensión y enfermedad subyacente. El tratamiento de cualquier enfermedad subyacente es primordial, por ejemplo, enfermedad diverticular, carcinoma pulmonar.
Los antibióticos tempranos y apropiados pueden evitar la necesidad de intervención quirúrgica. Un cuadro tóxico indica la necesidad de hemocultivos para optimizar los antibióticos y de más investigación con respecto a la cirugía.
La historia y los hallazgos clínicos suelen indicar la localización del absceso. Otras técnicas incluyen:
El tratamiento quirúrgico depende de la localización:
El colapso de la cavidad en el postoperatorio puede comprobarse inyectando medio de contraste por el drenaje. Todo el pus debe enviarse a cultivo y la membrana piógena a histología para descartar transformación maligna.
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