Es una forma de trastorno facticio. Se refiere a una lesión autoinducida o autoagravada, extraña, sin una causa obvia y el paciente suele negar haberlas inducido (1). Puede afectar a cualquier localización.
Se trata de una enfermedad poco frecuente, más común en mujeres que en hombres. La enfermedad puede tener una base psicológica, como la búsqueda de atención debido a la soledad, o puede subyacer a un intento de obtener una indemnización laboral. A menudo no se encuentra una explicación satisfactoria.
La presentación es variable. Las zonas expuestas son lugares comunes. La lesión suele ser extraña y tener una forma angular o geométrica inusual. Pueden aplicarse sustancias como sosa cáustica en la piel o en las uñas, y el pelo puede dañarse o eliminarse. El interés inapropiado y la persistencia de la lesión lejos de la atención hospitalaria son indicios importantes.
El diagnóstico diferencial puede incluir abuso físico y sexual, así como factores de estrés psicosocial (1).
Se han descrito casos de TOC, trastorno límite de la personalidad, depresión, psicosis y problemas de aprendizaje asociados a esta enfermedad (1).
El tratamiento es difícil. La negación y el incumplimiento de las citas son frecuentes. La ayuda de un psiquiatra puede ser útil.
Es mejor evitar la confrontación directa y se recomienda un enfoque de apoyo y sin prejuicios (1).
Referencias:
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