La prevención es sin duda vital para las cicatrices queloides, debido a la dificultad de tratar las lesiones establecidas.
Los preceptos quirúrgicos básicos incluyen
- evitar todas las intervenciones quirúrgicas, salvo las esenciales, en individuos con un fuerte historial personal o familiar de cicatrices queloides
- realizar incisiones a lo largo de líneas de tensión cutánea relajadas y cerrar las heridas sin tensión
- reducir el riesgo de infección con un desbridamiento minucioso y la eliminación del "espacio muerto
- aposición perfecta de los bordes de la piel con eversión suave
- evitar la colocación de cicatrices en zonas del cuerpo más propensas a la formación de queloides, como la zona preesternal, la zona deltoidea del hombro y los lóbulos de las orejas.
Cuando se establece un queloide, se han utilizado una serie de técnicas para prevenir su reaparición tras una nueva intervención quirúrgica en la zona. Entre ellas se incluyen
- inyección de esteroides en la piel circundante en el momento de la escisión del queloide
- compresión en el lugar de la escisión, por ejemplo el lóbulo de la oreja, con pendientes de compresión específicos
- radioterapia en la zona
Ninguna de estas técnicas es completamente eficaz. Se tratan en la sección sobre "tratamiento".
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