Durante las primeras fases de una lesión por fractura de estrés puede haber dificultades para identificar la fractura. Unas semanas más tarde, la radiología puede revelar un pequeño defecto transversal en la cortical. Si la lesión se agrava con más esfuerzos repetidos, puede haber, además, una formación ósea perióstica localizada.
- Hay que tener en cuenta que una radiografía normal no excluye una fractura por estrés, por lo que si la sospecha clínica persiste, es conveniente realizar una resonancia magnética (RM) de la zona en cuestión.
- La IRM puede mostrar una línea de fractura real; sin embargo, la anomalía típica de la IRM es el edema perióstico y medular.
- otras posibles investigaciones:
- La gammagrafía ósea con isótopos también puede mostrar fracturas por estrés.
- sin embargo, es una investigación no específica y rara vez se necesita más allá de la investigación de fracturas costales
- la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) (seguida de una TC de pórtico inverso si es positiva) puede ser útil si se sospecha firmemente de una fractura de la pars a pesar de una RM normal
- La TC añade detalles
- sin embargo, a excepción de la evaluación adicional de la pars interarticularis, no suele ser necesaria.
- Ecografía
- puede ser diagnóstica en casos con una línea de fractura y, por tanto, una rotura cortical
- no se recomienda de forma aislada
Referencia:
- (1) ARC. Trastornos musculoesqueléticos relacionados con el deporte. Informes sobre las enfermedades reumáticas 2008;14.