Durante el embarazo se produce un aumento del volumen sanguíneo total, del volumen plasmático y del volumen de glóbulos rojos. El volumen sanguíneo total aumenta entre un 30 y un 40% en torno a las 34 semanas de embarazo. Se produce un aumento relativo del plasma con respecto a los glóbulos rojos: un 45% de aumento del plasma frente a un 18% de aumento de los glóbulos rojos, respectivamente. Este desequilibrio provoca una hemodilución.
Durante el embarazo también se produce un aumento de los glóbulos blancos, que pasan de aproximadamente 7 x 10^9 a 15 x 10^9 por litro, debido exclusivamente a una neutrofilia. También se produce un aumento del número de plaquetas de 180 x 10^9 a más de 300 x 10^9 durante el embarazo. Este aumento continúa durante el puerperio.
La velocidad de eritrosedimentación aumenta durante el embarazo debido a un incremento de los niveles de fibrinógeno y globulina; sin embargo, se produce un descenso de la cantidad de albúmina.
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