La prueba del hidrógeno en el aliento puede utilizarse para diagnosticar la malabsorción de determinados hidratos de carbono. Los azúcares mal absorbidos en el intestino delgado son metabolizados por las bacterias colónicas con producción de hidrógeno. El hidrógeno se difunde rápidamente a través de la mucosa colónica hacia la sangre y puede medirse en el aliento.
La prueba se utiliza sobre todo para diagnosticar la intolerancia a la lactosa, pero también puede utilizarse para detectar afecciones menos frecuentes, como la hiposucrasia y la malabsorción de glucosa-galactosa.
Los pacientes deben evitar los alimentos ricos en fibra la noche anterior a la prueba para intentar conseguir un hidrógeno en aliento basal bajo. Tras una noche en ayunas, cepillarse los dientes ayudará a eliminar la fermentación oral del sustrato durante la prueba.
Se toma una muestra basal. A continuación, se ingieren 50 gramos de sustrato en 200 ml de agua. Se registran muestras de aliento al final de la espiración a intervalos de 15 o 30 minutos durante dos horas. Una prueba positiva se indica por un aumento de 20 ppm de hidrógeno por encima de la línea de base.
Los falsos positivos pueden deberse a la colonización bacteriana del intestino delgado, normalmente estéril; los falsos negativos, a la ausencia de los organismos colónicos responsables de la producción de hidrógeno, debido a un tratamiento con antibióticos o a un trastorno gastrointestinal agudo.
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