La vagina, la uretra y el trígono vesical dependen de los estrógenos y se atrofian gradualmente tras la menopausia.
La ausencia de estrógenos provoca
Estos cambios no suelen manifestarse hasta varios años después de la menopausia. El tratamiento consiste en cremas tópicas de estrógenos o un ciclo corto de estrógenos orales.
El sangrado vaginal después de la menopausia es un signo ominoso y justifica una investigación cuidadosa. Hasta un 10% de los casos se deben a un tumor maligno.
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