Se caracteriza por lesiones hiperqueratósicas y engrosadas en la superficie de la vulva, que con frecuencia muestran signos de rascado. Las lesiones suelen ser discretas y pueden ser múltiples y simétricas.
Esta afección afecta con mayor frecuencia a mujeres posmenopáusicas, pero puede aparecer durante la vida reproductiva. El prurito es la queja más común.
El diagnóstico mediante biopsia dirigida con azul de toluidina confirma la enfermedad y revela cualquier atipia celular.
El tratamiento consiste en corticosteroides locales, normalmente tres veces al día durante 6 semanas. Cualquier recidiva debe tratarse como un caso nuevo.
Menos del 2% de las lesiones presentan cambios malignos, pero pueden coexistir con un carcinoma vulvar.
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