El himen se forma en la unión del crecimiento del endodermo del seno urogenital y el crecimiento descendente del conducto paramesonéfrico fusionado. Normalmente, es una membrana delgada e incompleta que rodea el orificio vaginal con una o más aberturas que permiten la salida de la sangre menstrual. Suele desgarrarse durante el primer coito.
A veces, en el desarrollo, falla la canalización del crecimiento del seno urogenital y el himen es imperforado. Puede detectarse como un mucocolpos -acumulación de moco en la vagina detrás del himen-, pero con frecuencia no se detecta.
Si no se detecta, suele ser asintomática hasta la pubertad. La paciente pospuberal puede quejarse de amenorrea, ya que la salida de la sangre menstrual está obstruida. La sangre se acumula detrás del himen imperforado y es inspirada. Con las menstruaciones sucesivas, la acumulación aumenta. La niña menstrúa pero de forma oculta: criptomenorrea.
Poco a poco, la vagina se distiende con sangre -hematocolpos- que, en casos graves, puede extenderse hasta el útero -hematometra- o las trompas de Falopio -hematosalpinx-.
La exploración muestra una masa que asciende desde la pelvis hasta el abdomen. Un mucocolpos tiene un aspecto blanco, mientras que en un hematocolpos, la vulva se tiñe de azul por la sangre alterada subyacente. La vagina distendida puede detectarse en el tacto rectal.
El tratamiento consiste en una incisión del himen que, idealmente, debe realizarse en el periodo neonatal o en la menarquia, cuando los tejidos están estrogenizados.
Añada a esta página información que sería útil tener a mano durante una consulta, como una dirección web o un número de teléfono. Esta información se mostrará siempre que visite esta página