El periodo previo a la ovulación se caracteriza por el predominio de los estrógenos. Tras la ovulación, el cuerpo lúteo segrega tanto progestágenos como estrógenos.
El moco ovulatorio es claro y abundante. Exuda por el cuello del útero y puede extraerse en forma de hilo fino (spinnbarkheit). Un moco de buena calidad tiene un pH de 6,5 o menos y puede enhebrarse hasta al menos 6 cm.
El moco se vuelve más espeso y gomoso después de la ovulación debido a la influencia del progestágeno.
Los cambios en el moco cervical también pueden observarse secando el moco en un portaobjetos de microscopía. A medida que se acerca la ovulación, el moco seco desarrolla un patrón característico de "ferning".
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