El objetivo es entrenar a la vejiga para que acepte volúmenes de orina cada vez mayores, y así volver a aprender el control central voluntario de las contracciones del detrusor.
Un ejercicio adecuado es el siguiente. Conseguir que el paciente orine con la frecuencia suficiente para mantenerse seco, por ejemplo, mediante micciones cada hora. Una vez establecido este intervalo, aumentar gradualmente el intervalo entre micciones, por ejemplo, 15 minutos cada 3 días. Se trata de estimular deliberadamente una contracción del detrusor y practicar su inhibición. El proceso puede ser más eficaz si se supervisan los periodos de retención de la orina. Con el tiempo, el periodo entre micciones puede volver a la normalidad.
El reentrenamiento vesical requiere un esfuerzo y una persistencia considerables para que funcione. Es más adecuado para pacientes con un fuerte componente psicológico en su incontinencia. A las personas mayores les suele ir peor con este método.
La biorretroalimentación es una variante del entrenamiento vesical. Los cambios fisiológicos se controlan con diversos instrumentos y se transmiten al paciente para intentar inducir un cambio cortical. Los resultados son similares a los del entrenamiento vesical, pero con la desventaja del aumento de los costes de mano de obra y equipos.
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