Alrededor del 20% de las mujeres tienen un útero retrovertido retroflexionado que es completamente móvil. Un útero retrovertido es difícil de palpar bimanualmente a menos que se pueda empujar a la anteversión mediante presión sobre el cuello uterino.
En raras ocasiones, un útero en retroversión puede provocar retención urinaria durante el embarazo debido a que el útero no se eleva fuera de la pelvis a las 12 semanas de gestación. El tratamiento agudo consiste en el sondaje urinario. El problema suele resolverse al cabo de 16-20 semanas.
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