En aproximadamente el 20% de las pacientes tratadas con antiestrógenos, el crecimiento folicular no va seguido de ruptura porque no hay aumento de LH. Esto puede observarse mediante ecografía del ovario. En estos casos, una inyección de hCG en el momento del pico de estrógenos puede desencadenar la ovulación.
La gonadotrofina menopáusica humana -hMG o menotrofina- es una mezcla a partes iguales de FSH y LH extraída de la orina de mujeres posmenopáusicas. Los porcentajes de éxito son comparables a los del clomifeno, pero la hMG puede asociarse a embarazos múltiples (en torno al 25% de los casos) y al síndrome de hiperestimulación ovárica.
La FSH pura, por ejemplo la urofolitropina, puede tener éxito en el SOP, ya que la LH suele ser suficiente. Se asocia a una elevada tasa de embarazo (60%), pero también a una alta incidencia de embarazos múltiples (30%).
Los análogos de la GnRH provocan una desensibilización de la hipófisis a los pocos días de su utilización. No hay respuesta a la GnRH, ni a la natural ni a la análoga, por lo que la producción hipofisaria de FSH y LH disminuye. El ovario quiescente resultante puede entonces estimularse administrando hMG o FSH purificada.
La GnRH natural puede administrarse en pulsos desde una bomba para inducir la liberación hipofisaria de FSH y LH. La tasa ovulatoria en pacientes que no han ovulado con clomifeno es de aproximadamente el 50% y, cuando se combina con FSH purificada, se induce la ovulación en aproximadamente la mitad de las que fracasan con la bomba y el clomifeno. Sin embargo, la bomba debe llevarse continuamente y resulta incómoda.
El NICE señala que a las mujeres con SOP que no ovulan con citrato de clomifeno (o tamoxifeno) se les pueden ofrecer gonadotropinas (1):
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