En el centro de este trastorno está el delirio de que la pareja del paciente le está siendo infiel. Esta creencia se sostiene sobre bases inadecuadas y no se ve afectada por argumentos racionales; los celos se basan en consejos y razonamientos poco sólidos.
Pueden ser secundarios a un estado afectivo, pero suelen ser un síntoma aislado.
Puede haber un comportamiento de búsqueda de pruebas que corroboren la creencia del paciente y éste se siente insatisfecho cuando no encuentra ninguna. El trastorno es importante porque el individuo con celos mórbidos puede ser peligroso y, en raras ocasiones, mortal para el objeto de los celos.
Se desconoce la frecuencia de esta afección en la población general, pero no es raro verla en una clínica psiquiátrica. Es más frecuente en hombres que en mujeres.
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