Las células B son linfocitos que han madurado en la médula ósea. Constituyen aproximadamente el 25% de la población de linfocitos. Son precursores de las células plasmáticas y, una vez desencadenados por un antígeno unido a moléculas CMH de clase II en la superficie de una célula presentadora de antígeno, son estimulados para dividirse y secretar anticuerpos. Estos anticuerpos, o inmunoglobulinas como también se les conoce, son proteínas con sitios que se unen específicamente al antígeno desencadenante.
- Los linfocitos B expresan receptores de IL-2 y proliferan en respuesta a esta hormona. Son el tipo celular predominante en los folículos germinales primarios de los ganglios linfáticos. Las células B tienden a permanecer en el tejido linfoide.
- Las células B pueden distinguirse por la presencia de las moléculas CD19 y CD20, así como de inmunoglobulina de superficie. Estas últimas pueden detectarse utilizando antiinmunoglobulinas marcadas con fluorescencia.
- El ciclo vital de las células B es más corto que el de las células T: días en lugar de meses.
- no todas las células B proliferantes se convierten en células plasmáticas; una proporción significativa permanece como células B de memoria a través de un proceso conocido como selección clonal
- este proceso es vital para eliminar el antígeno en caso de que el organismo vuelva a exponerse a él en el futuro
- tanto las células T como las B pueden recircular por el cuerpo migrando de la sangre a los tejidos y viceversa
- la capacidad de recirculación aumenta la eficacia con la que las células del sistema inmunitario pueden captar el antígeno invasor