El aspecto de las uñas infectadas variará en función del organismo infectante. Debe tenerse especialmente en cuenta la extensión de la infección, si afecta a la piel adyacente y el número de uñas infectadas. Hay que buscar indicios de traumatismos o daños previos en las uñas afectadas.
A medida que la enfermedad progresa, la unidad ungueal aparece gruesa, quebradiza y descolorida, a menudo con un tono amarillo. Puede haber onicólisis e inflamación paroniquial asociadas (1). La onicomicosis puede clasificarse clínicamente en:
Onicomicosis subungueal distal y lateral (OSDL)
- tipo más común
- frecuentemente causada por organismos dermatofitos, también pueden ser responsables especies de cándida y mohos
- afecta inicialmente a la porción distal o lateral de la uña que se extiende proximalmente causando hiperqueratosis subungueal y onicólisis (1)
- inicialmente no se observa afectación de la lámina ungueal, pero ésta puede volverse friable y romperse a medida que avanza la enfermedad
- en la mayoría de los pacientes puede observarse una tiña pedis asociada (2)
Onicomicosis blanca superficial (SWO)
- casi siempre causada por infecciones por dermatofitos
- se observa una afectación de la lámina ungueal más que del lecho ungueal (2)
- pueden observarse pequeñas manchas blancas superficiales bien delimitadas que pueden unirse y cubrir toda la uña (1)
- las placas ungueales son frágiles y pueden desmoronarse (1)
Onicomicosis subungueal proximal (OSP)
- un tipo raro
- se observa a menudo en pacientes con SIDA e inmunodeprimidos
- la infección comienza en el pliegue ungueal proximal, alcanza la matriz ungueal y luego la superficie profunda de la placa ungueal (1).
Onicomicosis distrófica total
- forma más grave de la enfermedad
- toda la lámina ungueal está completamente destruida, lo que revela un lecho ungueal anormalmente engrosado (1)
- cualquiera de las formas clínicas anteriores puede convertirse con el tiempo en una distrofia ungueal total (2)
Referencias: