La concentración inhibitoria mínima es la concentración mínima del agente antibacteriano en un medio de cultivo determinado por debajo de la cual no se inhibe el crecimiento bacteriano.
Así pues, el índice terapéutico viene dado por la concentración tóxica plasmática o tisular dividida por la CMI.
Debe tenerse cuidado al interpretar la CMI, ya que se trata de una definición de cultivo. En los tejidos, la situación puede ser diferente; por ejemplo, en los abcesos, las paredes pueden ser resistentes al paso del antibiótico.
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