La enfermedad tiene un periodo de incubación relativamente largo de 1-2 semanas. El cuadro clínico es muy variable y depende del modo de aparición.
Las características de un inicio gradual incluyen malestar general, aumento de la fiebre y dolores musculares. Inicialmente, la tos es seca, pero puede producirse un esputo mucoide y sanguinolento a medida que progresa la enfermedad. La hepatomegalia y la esplenomegalia son frecuentes y se registran entre el 10 y el 70% de los casos. En el abdomen puede observarse una tenue erupción macular parecida a las manchas de la fiebre tifoidea.
Las características de un inicio rápido incluyen escalofríos, fiebre extrema y fotofobia. A menudo hay una mialgia generalizada con espasmos y rigidez de la espalda y el cuello que puede confundirse con la meningitis.
Una característica común es el dolor de cabeza, difuso, insoportable y a menudo la principal molestia. El dolor torácico, la pleuresía con derrame y el roce por fricción son poco frecuentes, y la disnea sólo es marcada en la psitacosis grave. En general, los signos físicos de neumonía suelen ser menos prominentes de lo que sugieren los síntomas y las características radiológicas.
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