El riesgo para los viajeros en general se ha estimado en 0,2 casos por cada 100 000 viajeros europeos y norteamericanos.
- esta cifra puede ser engañosa, ya que muchos viajeros experimentan pocos síntomas o síntomas muy leves, por lo que es posible que no busquen ayuda médica
- el riesgo aumenta si el viajero vive en condiciones antihigiénicas, viaja a zonas remotas o trabaja en una zona catastrófica o en un campo de refugiados (1).
La mejor forma de prevención cuando se viaja es seguir unas normas de higiene alimentaria y del agua:
- lavarse las manos después de ir al baño y antes de cocinar o comer
- desinfectar el agua potable hirviéndola, utilizando pastillas potabilizadoras o dispositivos de filtración del agua:
- evitar el hielo. Las bebidas gaseosas embotelladas, con los precintos intactos, y las bebidas calientes hechas con agua hervida suelen ser seguras.
- Utilice agua embotellada o agua del grifo hervida y enfriada para lavarse los dientes. No utilice agua de fuentes naturales como ríos o arroyos, pozos descubiertos o agua del grifo sin tratar.
- Procura comer alimentos recién preparados, bien cocinados y servidos bien calientes:
- las ensaladas o las frutas y verduras crudas no deben consumirse a menos que se hayan lavado y pelado cuidadosamente
- deben evitarse los bufés, la comida de vendedores ambulantes, los productos lácteos no pasteurizados y la carne, el pescado o el marisco crudos o poco cocinados (1)
Referencia:
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