La fiebre aftosa es una enfermedad febril de los niños pequeños caracterizada por el desarrollo de un enantema vesicular en la mucosa oral y un exantema papulovesicular en las extremidades distales y las nalgas (1).
Suele estar causada por virus pertenecientes al grupo de los enterovirus humanos A (HEVA), especialmente el virus Coxsackie A16, que en la mayoría de los pacientes provoca una enfermedad leve y autolimitada (1).
En raras ocasiones pueden ser responsables el enterovirus humano (HEV 71) y otros virus coxsackie de los grupos A y B (1,2).
La transmisión de la enfermedad se produce a través de:
Una persona infectada asintomática puede eliminar el virus en las heces y la saliva durante varias semanas (1).
No existe un tratamiento específico para esta enfermedad. Sólo es necesario un tratamiento sintomático. Debe informarse a los pacientes de que la enfermedad no está relacionada con la fiebre aftosa de los animales (1) y que la transmisión no se produce hacia o desde mascotas u otros animales (4).
Las personas infectadas desarrollan inmunidad frente al virus específico, pero la recurrencia de la enfermedad puede estar causada por un miembro diferente del grupo de los enterovirus (1).
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Referencias:
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