Las concentraciones plasmáticas elevadas de los antihistamínicos no sedantes pueden conseguirse por varios medios:
- sobredosis simple
- disminuyendo la velocidad de excreción hepática:
- al competir por la isoenzima específica del citocromo P450 en el hígado, por ejemplo, la eritromicina y los imidazoles antifúngicos.
- en caso de insuficiencia hepática
Las dosis elevadas de antihistamínicos no sedantes prolongan el intervalo QT cardíaco y predisponen a arritmias como la fibrilación ventricular y la torsade de pointes.
Por ello, deben observarse las siguientes precauciones al prescribir antihistamínicos no sedantes:
- no superar la dosis recomendada
- evitar la administración simultánea de:
- imidazoles antifúngicos p.ej. ketoconazol
- antibióticos macrólidos, por ejemplo eritromicina
- evitar la administración simultánea de medicamentos que prolonguen el intervalo QT, como amiodarona, bretilio, disopiramida, procainamida, quinidina, sotalol, neurolépticos y antidepresivos tricíclicos
- la depleción de potasio o magnesio es una contraindicación
- la enfermedad hepática sintomática es una contraindicación
- la prolongación preexistente del intervalo QT (> 450 ms) es una contraindicación