En hasta un 30% de los casos, la penicilamina causa proteinuria asociada a una glomerulonefritis proliferativa mesangial IgM.
Los pacientes en tratamiento con penicilamina deben someterse a controles de orina periódicos para detectar proteinuria, ya que la afección suele revertir al suspender el fármaco.
Dado que la afección puede resolverse a pesar de la continuación del tratamiento, éste puede continuar siempre que:
- Las pruebas de función renal sean normales
- No haya edema
- La excreción urinaria de proteínas en 24 horas no supere los 2 g.
Páginas relacionadas
Crear una cuenta para añadir anotaciones a la página
Añada a esta página información que sería útil tener a mano durante una consulta, como una dirección web o un número de teléfono. Esta información se mostrará siempre que visite esta página