Se trata claramente de generalizaciones, pero algunas características útiles incluyen:
- Vigilancia mental del entorno, en el extremo descrito como vigilancia congelada.
- ausencia de exploración pero vigilancia sostenida
- aumento del apetito y alteración del comportamiento alimentario
- formación de vínculos indiscriminados en el hospital
- búsqueda de atención
- agresividad
- juego inmaduro
- disminución de la interacción interpersonal
- piel apagada y pálida
- apatía física
- los niños con problemas de aprendizaje pueden correr un mayor riesgo de sufrir malos tratos.
Referencia
- NICE. Maltrato infantil: cuándo sospechar maltrato en menores de 18 años. Guía clínica CG89. Publicada en julio de 2009, última actualización en octubre de 2017.
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