Fiebre tifoidea:
- aparición insidiosa de una enfermedad sistémica: los síntomas pueden incluir fiebre sostenida, cefalea marcada, malestar general, anorexia, dolor abdominal, diarrea.
- La gravedad clínica varía mucho.
- Las complicaciones pueden incluir hemorragia intestinal o perforación (alrededor del 1-4% de los casos), insuficiencia renal u osteomielitis. Otras complicaciones poco frecuentes son la colecistitis, la meningitis y la neumonía.
- La tasa de letalidad del 10-20% observada en la era preantibiótica puede descender por debajo del 1% con un tratamiento antibiótico rápido.
- El 5-20% de los pacientes pueden experimentar recaídas.
En el Reino Unido, las tasas de portación fecal y de recaída se estiman en <3%.
Fiebre paratifoidea:
- Clínicamente similar pero generalmente menos grave que la fiebre tifoidea.
- Las complicaciones son menos frecuentes.
- Pueden producirse recaídas hasta en un 9% de los casos.
- Las infecciones por S.Paratyphi C son raras
La fiebre entérica puede tratarse con éxito con antibioterapia y apoyo médico general. El tratamiento debe estar sujeto a la opinión clínica y a la sensibilidad a los antibióticos.
Descripción detallada del episodio grave:
- Tras un periodo de incubación de 7 a 21 días, la enfermedad comienza de forma insidiosa con síntomas inespecíficos. En la primera semana puede haber cefalea, malestar general y una pirexia intermitente ascendente, en presencia de una bradicardia relativa. También puede haber tos, y el estreñimiento es más frecuente que la diarrea.
- en la segunda semana, el paciente puede volverse apagado y apático y quejarse de diarrea. La pirexia elevada se vuelve sostenida, y de nuevo puede haber una bradicardia relativa. El abdomen suele estar distendido, ligeramente sensible y el 75% de los pacientes presentan esplenomegalia. También pueden aparecer máculas rojas llamadas manchas rosas
- En la tercera semana, el paciente puede volverse tóxico y delirar con fiebre alta continua. El abdomen permanece muy distendido y es frecuente la diarrea en forma de "sopa de guisantes". En esta fase es probable que se produzca una hemorragia o perforación intestinal potencialmente mortal. También puede producirse una miocarditis toxémica.
- los pacientes que sobreviven a la tercera semana mejoran lentamente a lo largo de diez días, con mejoría de la fiebre, el estado mental y la distensión abdominal. Sin embargo, pueden producirse hemorragias y perforaciones intestinales. En esta fase, el paciente suele haber perdido mucho peso y permanece profundamente débil durante un breve periodo.
- el diez por ciento de los pacientes recaen entre 1 y 3 semanas después de una recuperación aparente, o 2 semanas más o menos después de interrumpir el tratamiento. La recaída es similar a la enfermedad inicial con hemocultivos positivos, aunque su curso suele ser más leve.
- Los pacientes infectados pueden convertirse en portadores
Referencia:
- PHE (2019). Recomendaciones para la gestión de salud pública de las infecciones gastrointestinales.