El tratamiento de la gangrena de Fourniere es tanto médico como quirúrgico.
El tratamiento médico implica:
El tratamiento quirúrgico rápido es imperativo si existe una fuerte sospecha de gangrena de Fourniere. En un paciente relativamente sano en una fase temprana del proceso de la enfermedad, puede haber un breve retraso mientras se toman biopsias incisionales a pie de cama para excluir diferencias como la celulitis grave. En el paciente enfermo, se extirpa todo el tejido necrótico en quirófano bajo anestesia general. Se coloca una sonda urinaria al inicio de este procedimiento para facilitar el aseo durante el tratamiento posterior. Un criterio macroscópico clave para la fascia afectada es la fácil separación del tejido subcutáneo de la fascia con manipulación digital. La disección se lleva a cabo en el músculo sano, contráctil y sangrante y en la fascia fibrosa adherente. Se extirpa cualquier piel que muestre evidencia de vasos trombosados, equimosis, bullas o necrosis. Se toman muestras para microbiología (tinción de Gram, cultivo anaerobio) e histología. Por lo general, los testículos se preservan de la infección debido al efecto protector de las capas más profundas de la fascia, pero si están afectados, puede ser necesaria una orquidectomía y el paciente debe ser advertido de esta posibilidad antes de la operación. Puede ser necesario enterrar los testículos en bolsas subcutáneas creadas en el borde superior de la cara medial de los muslos para proporcionarles cierta protección.
A menudo es necesario realizar desbridamientos seriados cada 24 a 48 horas en función del aspecto de la herida, los parámetros clínicos y los análisis de sangre, como la PCR y el recuento de leucocitos. Mientras tanto, un apósito de vacío puede reducir el edema y la infección y favorecer el tejido de granulación. No debe mantenerse durante periodos prolongados.
Una vez eliminada la infección, la herida se cierra con diversas técnicas, como el cierre directo de la piel móvil circundante, el injerto de piel de grosor dividido o los colgajos regionales. En raras ocasiones, pueden ser necesarios colgajos musculares como un recto abdominal pediculado o un gracilis para obturar una cavidad, por ejemplo, a raíz de un desbridamiento perianal. Los testículos y el cordón espermático expuestos pueden injertarse directamente.
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