La característica distintiva del ictus embólico es su rapidez de aparición. Normalmente, sin previo aviso, el paciente se desploma al suelo, consciente, pero hemipléjico. Las convulsiones son frecuentes. El dolor de cabeza y los vómitos son raros.
Los émbolos alojados en la unión de las arterias vertebrales provocan un infarto del tronco cerebral. El atrapamiento en el extremo superior de la arteria basilar produce trastornos visuales unilaterales o bilaterales.
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