Los ácidos grasos omega-3 se derivan del aceite de pescado, y las pruebas epidemiológicas sugieren cierta relación entre la ingesta de aceite de pescado y las enfermedades cardiacas y los trastornos depresivos en diferentes culturas. Algunos estudios han informado de que los países con altas tasas de consumo de aceite de pescado presentan bajas tasas de trastorno depresivo (1)
pequeños estudios como el de Nemets et al (2) han revelado los efectos beneficiosos de la suplementación con aceite de pescado en el tratamiento de pacientes deprimidos
Sin embargo, en un ensayo más reciente, doble ciego y controlado con placebo, no se observó ningún efecto de la suplementación con aceite de pescado durante 26 semanas sobre el bienestar mental de la población general de edad avanzada estudiada (3).
Referencia:
1. Hibbeln JR, Salem N Jr: Dietary polyunsaturated fatty acids and depression: when cholesterol does not satisfy. Am J Clin Nutr 1995; 62:1-9
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