El paciente se somete a un protocolo de ejercicio estandarizado, por ejemplo el de Bruce. El paciente camina en una cinta rodante y la intensidad del ejercicio se modifica ajustando el ritmo y la pendiente de la cinta. El paciente es monitorizado continuamente mediante un ECG de 12 derivaciones. También se controla la tensión arterial del paciente.
La prueba suele realizarse con la asistencia de técnicos cardiográficos, que suelen tener mucha experiencia en la interpretación de los cambios del ECG. Los principales cambios que se controlan son los de la isquemia, es decir, la depresión del ST. El ECG debe controlarse para detectar una depresión del ST con un "aplanamiento" del segmento ST. Una depresión del ST con un segmento ST inclinado hacia arriba se asocia con una incidencia muy baja de cardiopatía isquémica y es un indicador poco fiable de cardiopatía isquémica.
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