Las venas cardinales del abdomen tienen un patrón de drenaje complejo que cambia con el tiempo. Al principio, las venas cardinales posteriores emparejadas drenan la mayor parte de la parte caudal del cuerpo. Sin embargo, al inicio de la quinta semana se forman otras venas a medida que las venas cardinales posteriores retroceden.
Las venas sacrocardinales son un par de vasos que se forman caudalmente. La anastomosis entre ambas da lugar a la vena ilíaca común izquierda. La vena sacrocardinal izquierda produce las venas inmediatamente distales a la vena ilíaca común. La vena sacrocardinal derecha produce el segmento sacrocardinal de la vena cava inferior -la parte inferior a la renal- y la vena ilíaca común derecha.
Las venas subcardinales son un par de vasos que aparecen mediales a las venas cardinales posteriores. El vaso que une las venas subcardinales derecha e izquierda progresa hasta formar la vena renal izquierda. De esta vena sale un afluente que es el único remanente de la vena subcardinal izquierda en el adulto: la vena gonadal izquierda. La vena subcardinal derecha se desarrolla en el segmento renal de la vena cava inferior. Se une distalmente al segmento sacrocardinal, derivado de las venas sacrocardinales, y proximalmente al segmento hepático, derivado de las venas vitelinas. De acuerdo con su origen embriológico, la vena testicular derecha se origina en la parte renal de la vena cava inferior.
Las venas supracardinales asumen la posición de las venas cardinales posteriores a partir de la quinta semana de gestación. Finalmente, drenan las venas lumbares a través de los sistemas ácigos y hemiácigos.
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