Una característica esencial para el diagnóstico de un AIT es la pérdida focal de función. Por lo tanto, los síntomas no focales como la pérdida de consciencia -con o sin pérdida de visión asociada, mareos, debilidad generalizada, confusión mental e incontinencia urinaria o fecal- no pueden aceptarse como prueba de un AIT.
También deben rechazarse varios síntomas focales si se presentan de forma aislada. Entre ellos se incluyen el vértigo, la diplopía, la disfagia, la pérdida de equilibrio, el tinnitus, los síntomas sensoriales limitados a parte de una extremidad o a la cara, la amnesia, los ataques de gota y el escotoma centelleante (1).
El diagnóstico de AIT es importante, ya que identifica a los pacientes con un alto riesgo de desarrollar un ictus y otros eventos vasculares como consecuencia de una tromboembolia.
NICE sugiere (2):
Diagnóstico por imagen en personas con sospecha de AIT o ictus agudo no discapacitante
Sospecha de AIT
Imagen de la carótida
Referencia:
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