la mitad de la mortalidad por las diez principales causas de muerte puede atribuirse a un comportamiento modificable (estilo de vida)
la detección precoz y el tratamiento de varias enfermedades comunes reducen la mortalidad y la morbilidad (cáncer de mama y de cuello de útero, hipertensión, etc.)
las enfermedades infecciosas siguen matando a los pobres, los ancianos y las personas inmunodeprimidas (gripe, tuberculosis, etc.)
la atención prenatal ha supuesto una gran diferencia en la mortalidad materna y perinatal
una buena atención primaria a los ancianos reduce la mortalidad y los ingresos en hospitales y residencias de ancianos
una proporción significativa de las enfermedades iatrogénicas son probablemente evitables
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