Al nacer, los genitales externos son femeninos, mientras que los genitales internos tienen una configuración wolffiana (masculina). Existe una asociación con hernias inguinales congénitas.
Durante la pubertad, los tejidos sensibles a la testosterona responden normalmente, mientras que los tejidos sensibles a la dihidrotestosterona permanecen relativamente atróficos:
No se produce calvicie de patrón masculino.
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