Yesos y aparatos ortopédicos

Una escayola es una férula que se coloca alrededor de la extremidad. El material más utilizado es el yeso.

La férula de yeso se utiliza principalmente en fracturas distales de extremidades y en niños. La escayola mantiene la fractura recta e inmóvil. No mantiene la longitud de la fractura y no es adecuado para fracturas asociadas a acortamiento de la extremidad. Las fracturas articulares escayoladas también pueden volverse muy rígidas, ya que se forman adherencias entre las fibras musculares y entre el músculo y el hueso, y la falta de movimiento puede afectar a la cicatrización del cartílago.

El momento de la escayola es importante. La rigidez puede mantenerse al mínimo utilizando tracción hasta que sea posible cierto movimiento en la articulación. Otra posibilidad es empezar con una escayola convencional y sustituirla posteriormente por una ortesis funcional una vez que se haya iniciado la curación. Las escayolas aplicadas inmediatamente pueden aflojarse a medida que disminuye la inflamación de la lesión y se produce un desgaste muscular.

Para las fracturas de la parte media del tronco de los huesos largos, se utiliza presión en tres puntos para mantener la alineación de la fractura reducida, ejerciendo presión por encima, por debajo y alrededor de la fractura. Para controlar la rotación, se inmovilizan las articulaciones por encima y por debajo.

Las principales complicaciones de la inmovilización con yeso se deben a que la escayola está demasiado apretada (la circulación se ve afectada y la extremidad duele, está entumecida, fría o descolorida), a las úlceras por presión (presión sobre las prominencias óseas) y a la extracción (la piel puede sufrir abrasiones o laceraciones).

Las ortesis funcionales reducen la rigidez articular. El esparadrapo se aplica en forma de segmentos, dejando libre la articulación. Esta técnica es adecuada para fracturas de fémur y tibia. Sin embargo, dado que la escayola es menos rígida, la ortesis debe retrasarse hasta que se inicie la curación.