Suele haber antecedentes de una actividad repetida, por ejemplo, correr. A menudo el paciente puede haber aumentado su entrenamiento en intensidad o duración en las semanas o meses anteriores a la lesión.
Una fractura por estrés suele presentarse con antecedentes de:
- dolor inicial después del ejercicio
- evolución a dolor durante y después del ejercicio
- finalmente hay dolor sin ejercicio
En la exploración, el lugar de la lesión puede estar ligeramente hinchado y caliente. Generalmente hay sensibilidad ósea local, y puede haber cierto engrosamiento palpable del hueso.
Notas:
- las fracturas por estrés pueden ser muy difíciles de tratar y, por desgracia, pueden tardar meses en curarse, por lo que la prevención o, al menos, el reconocimiento precoz son esenciales
- los siguientes indicios diagnósticos deberían hacer pensar en la posibilidad de una fractura por estrés (1):
- los síntomas comienzan tras un aumento significativo de la actividad (rompiendo la "regla del 10%", es decir, sólo aumentar la actividad en un 10% cada semana; no aumentar tanto la intensidad como el tiempo en un 10% al mismo tiempo)
- dolor al soportar peso que evoluciona con la actividad continuada a dolor al no soportar peso
- sensibilidad ósea focal (especialmente en la tibia y los tobillos/pies)
- dolor pélvico (pelvis/sacro) e inguinal (fémur)
- dolor en las extremidades inferiores en un corredor
- Dolor lumbar focal e incesante en extensión (fractura de la pars interarticularis).
- dolor costal lateral (sobre todo en remeros, debido a la tracción del serrato anterior).
Referencias:
- (1) ARC. Trastornos musculoesqueléticos relacionados con el deporte. Informes sobre las enfermedades reumáticas 2008;14.