Si se trata al paciente en el lugar del accidente, hay que tratar el shock y entablillar la fractura antes de trasladarlo. Una férula de Thomas es ideal para el transporte del paciente: este dispositivo consiste en pasar la pierna a través del anillo de la férula y tirar de ella en línea recta; a continuación se mantiene la tracción atando el pie calzado al travesaño; la férula y el miembro se vendan firmemente.
Una fractura cerrada se trata mediante reducción cerrada y enclavado cerrado, por ejemplo, insertando un clavo intramedular desde el extremo proximal del hueso, bajo control radiográfico, sin exponer la fractura.
En muchos centros, las fracturas abiertas del fémur también se tratan con clavos intramedulares.
Después de la operación se inician los ejercicios. El paciente puede caminar con la ayuda de muletas, soportando un peso limitado, una o dos semanas después de la operación. El paciente sólo podrá volver a soportar todo el peso cuando se vea que la fractura se ha unido en la radiografía.
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