La articulación glenohumeral puede inyectarse en afecciones como la artrosis, la artritis inflamatoria, las artropatías cristalinas y en la capsulitis adhesiva temprana (hombro congelado).
La aspiración de la articulación glenohumeral puede resultar difícil y, cuando es esencial, como en los casos de sospecha de infección articular, pueden ser necesarios procedimientos repetidos y una guía fluoroscópica o ecográfica.
Se puede acceder a la articulación glenohumeral por vía posterior o anterior.
Algunos operadores pueden encontrar más fácil el abordaje posterior, aunque las preferencias varían. Del mismo modo, la dosis de esteroide utilizada varía entre los distintos preparados y a menudo se puede obtener orientación en los prospectos. La mezcla de la inyección con anestésico local varía entre los operadores, aunque algunos consideran que su inclusión ayuda a determinar si la inyección se ha colocado correctamente.
En todos los casos debe aplicarse un consentimiento informado adecuado, una técnica aséptica e instrucciones de cuidados posteriores con reposo del hombro durante 24-48 horas.
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