Existen pruebas de que el ejercicio aeróbico y de resistencia mejoró las medidas de discapacidad autoinformada, dolor y rendimiento físico en comparación con la educación sanitaria en adultos mayores con osteoartritis de rodilla. Estas pruebas se derivaron de un ensayo controlado aleatorio, simple ciego, con un seguimiento de 18 meses de 439 pacientes con OA de rodilla confirmada (Fitness Arthritis and Seniors Trial [FAST]).
Una revisión sistemática reveló que tanto la marcha aeróbica como el ejercicio domiciliario de fortalecimiento del cuádriceps reducen el dolor y la discapacidad de la osteoartritis de rodilla, pero no se encontraron diferencias entre ellos en la comparación indirecta (2).
Una revisión sistemática relativa al entrenamiento de fuerza para la rodilla reveló que:
- el entrenamiento de resistencia mejoró la fuerza muscular y las medidas autoinformadas de dolor y función física en más del 50-75% de los pacientes
Tanto el entrenamiento de fuerza de alta resistencia como el de baja resistencia mejoraron significativamente los efectos clínicos en este estudio. Los efectos del entrenamiento de fuerza de alta resistencia (HR) parecen ser mayores que los del entrenamiento de fuerza de baja resistencia (LR) en personas con OA de rodilla de leve a moderada, aunque las diferencias entre los grupos HR y LR no fueron estadísticamente significativas en este estudio (4).
Con respecto a la artrosis de cadera, también existen pruebas del beneficio del ejercicio en el tratamiento de esta afección (5).
Al comparar el tratamiento con altas dosis de ejercicio frente al tratamiento con bajas dosis de ejercicio en la artrosis de rodilla (9):
- Los resultados del estudio no apoyan la superioridad del ejercicio a dosis altas sobre el ejercicio a dosis bajas para la mayoría de los resultados. Sin embargo, se encontraron pequeños beneficios con el ejercicio a dosis altas para la función de la rodilla en deportes y actividades recreativas y para la calidad de vida.
Un estudio transversal retrospectivo (n=2.607) halló (10)
- menores probabilidades de dolor de rodilla (OR 0,82; IC del 95%: 0,68-0,97), artrosis radiográfica (0,83; 0,70-0,99) y artrosis sintomática (0,77; 0,63-0,94) en quienes participaron en ejercicios de fuerza en cualquier momento de su vida
Notas:
- El NICE sugiere que (6) el ejercicio y la terapia manual son tratamientos básicos para los pacientes con osteoartritis:
- el ejercicio debe ser un tratamiento básico para las personas con osteoartritis, independientemente de la edad, la comorbilidad, la gravedad del dolor o la discapacidad. El ejercicio debe incluir
- fortalecimiento muscular local, y
- acondicionamiento aeróbico general
- Se ha demostrado que el ejercicio es beneficioso, pero el médico debe decidir en cada caso cómo garantizar la participación del paciente. Esto dependerá de las necesidades individuales del paciente, sus circunstancias, su automotivación y la disponibilidad de instalaciones locales.
- la manipulación y los estiramientos deben considerarse como complemento del tratamiento básico, en particular para la artrosis de cadera.
- El NICE aconseja a los médicos generalistas (7):
- intentar realizar 30 minutos de actividad moderada 5 días o más a la semana
- los médicos generalistas deberían utilizar un sistema de puntuación validado para evaluar la actividad de los pacientes, sugieren el Departamento de Sanidad General Practice Physical Activity Questionaire (GPPAQ puntuación) (8)
- adaptar las necesidades a cada paciente (teniendo en cuenta la edad, la comorbilidad, la intensidad del dolor y la discapacidad)
- acordar objetivos
- Un plan de ejercicio dependerá de diferentes factores, entre los que se incluyen las instalaciones locales disponibles, el tiempo, el dinero, las comorbilidades, la edad, el apoyo social y el impacto de la enfermedad crónica en la vida diaria.
Colaboradores:
- Dra. Alethea Beck, médico general, Scottish Borders
- Dr. Andrew Murray, médico generalista, especialista en medicina deportiva y del ejercicio, Escocia
Referencias: