El momento de la intervención quirúrgica para la displasia radial depende de la gravedad de las características clínicas.
Dentro de los nueve primeros meses, para la hipoplasia de tipo I y II, puede ser necesario alargar el radio. Los tipos III y IV pueden beneficiarse de la centralización o radialización de la muñeca con o sin distracción previa. Lo ideal es hacerlo lo antes posible y, desde luego, durante el primer año de vida.
A los dos años de edad, si existe una hipoplasia grave del pulgar, puede ser necesaria la policización.
Después de los dos años, pueden emplearse varios procedimientos complementarios. Entre ellos se incluyen el alargamiento por distracción del cúbito, las osteotomías del cúbito para corregir el arqueamiento y la opponensplastia.
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