Esta afección puede producirse si se aplasta una gran masa muscular, por ejemplo, si un paciente es aplastado por la caída de una mampostería o si se deja puesto un torniquete durante demasiado tiempo.
Cuando se alivia la fuerza de aplastamiento, se libera citocromo c de los músculos. Se cree que esto influye en los riñones bloqueando los túbulos renales y/o provocando un espasmo de la arteria renal y la consiguiente necrosis tubular.
Esta afección se caracteriza por el desarrollo de un shock profundo. Si un miembro ha quedado atrapado, no tendrá pulso al soltarlo. Posteriormente, se enrojece, se hincha y se llena de ampollas. Puede haber pérdida de sensibilidad y de fuerza muscular.
La insuficiencia renal aguda puede aparecer durante las primeras sesenta horas tras la liberación. El resultado es una uremia de bajo rendimiento con acidosis. Si la función renal no se restablece, el paciente puede volverse cada vez más urémico y morir en 14 días. En estos pacientes puede ser necesaria la diálisis renal.
Para evitar el desarrollo de este síndrome, se debe amputar cualquier miembro que haya sufrido un aplastamiento grave. Del mismo modo, si una extremidad ha estado sometida a un torniquete durante más de 6 horas, debe amputarse. Cualquier amputación debe realizarse por encima del lugar de compresión y antes de que desaparezca la fuerza de aplastamiento.
Si ya se ha eliminado la fuerza de compresión, hay que enfriar la extremidad y tratar al paciente por insuficiencia renal y shock.
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