La prueba de inclinación de la cabeza evalúa la paresia del oblicuo superior aprovechando los diferentes efectos de cada músculo vertical sobre la torsión y la elevación.
Se obtiene un resultado positivo cuando, al inclinar la cabeza hacia el lado afectado, el ojo paralizado se desplaza hacia arriba en la fisura palpebral. Los dos músculos que se adhieren a la parte superior de los ojos se contraen para torsionar el ojo y mantener la posición del meridiano vertical de la retina en la medida de lo posible. Una debilidad del oblicuo superior provoca un desequilibrio de las fuerzas verticales, de modo que se agrava la hipertropía.
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