Los cisticercos se desarrollan en tejidos subcutáneos, músculos y vísceras. También pueden desarrollarse en el ojo y el cerebro. Sólo se produce una reacción tisular moderada mientras la larva es viable. Sin embargo, si la larva muere, se produce una marcada respuesta tisular caracterizada por dolores musculares, debilidad, fiebre y eosinofilia.
Existen tres formas principales:
- cisticercosis cerebral - puede presentarse como epilepsia, meningoencefalitis, lesión ocupante de espacio o déficits neurológicos focales
- Cisticercosis ocular - conjuntivitis, uveítis, atrofia coroidea, retinitis. La cisticercosis ocular puede causar ceguera.
- Cisticercosis subcutánea - se presenta en forma de nódulos duros, pequeños, del tamaño de un guisante, en los tejidos subcutáneos.
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