La pérdida súbita de visión es una urgencia oftalmológica y requiere la derivación inmediata al servicio de urgencias oftalmológicas.
Los pacientes que experimenten destellos/flotadores de aparición aguda sin otros síntomas (sin cambios en la agudeza visual, sin pérdida del campo visual) deben ser remitidos urgentemente a un oftalmólogo (1).
Se debe educar a los pacientes sobre la importancia de la prevención.
Invariablemente el desprendimiento continúa hasta que es total y el ojo afectado quedará ciego. El desprendimiento no regmatógeno puede tratarse con dosis altas de corticoides acompañadas del tratamiento de la causa subyacente.
El desprendimiento regmatógeno requiere la reparación de la rotura. Los desgarros planos de retina -es decir, los desprendimientos insignificantes- pueden sellarse mediante fotocoagulación con láser o crioterapia.
Si la retina se desprende, es necesaria una corrección quirúrgica para volver a unir la retina y cerrar cualquier rotura retiniana (2). La aposición corio-retiniana puede inducirse quirúrgicamente mediante:
La reparación quirúrgica del desprendimiento de retina que no afecta a la mácula se realiza el mismo día o al día siguiente, pero si la mácula ya está desprendida, la cirugía debe intentarse en un plazo de cinco días (1).
Referencias:
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