El esqueleto fibroso del corazón es un armazón de tejido conjuntivo que sirve para aislar eléctricamente las aurículas de los ventrículos. El sistema de conducción auriculoventricular es la única conexión eléctrica entre las aurículas y los ventrículos en un corazón normal. Además, proporciona rigidez para evitar la dilatación de las válvulas individuales o de los tractos de salida. Por último, proporciona un punto de unión para las valvas de las válvulas y el miocardio. El miocardio se extiende desde el esqueleto fibroso en una serie de espirales que progresan hacia el ápex.
El esqueleto fibroso consiste en un conjunto de anillos fibrosos de colágeno que rodean los canales auriculoventriculares y se extienden hasta los orígenes de la aorta y el tronco pulmonar. La mayor parte del esqueleto se sitúa en el plano de la base de los ventrículos, aproximadamente paralelo al seno coronario. Sin embargo, esto es una simplificación, ya que existe una compleja disposición espacial de las aurículas, los ventrículos y las salidas de las válvulas entre sí:
Por consiguiente, el esqueleto fibroso diverge de los orificios atrioventriculares a través de una serie de prolongaciones fibrosas. Por lo tanto, puede considerarse en términos de:
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