Durante el embarazo se produce un aumento de la tasa metabólica que se debe en gran medida a las demandas del feto. La hipertrofia de la glándula tiroides se produce en un 70% de las madres embarazadas y el consumo de oxígeno aumenta en un 20% durante el embarazo.
La secreción de lactógeno placentario humano -LPH- por la placenta afecta al metabolismo de los hidratos de carbono de la madre. Esta hormona actúa como antagonista de la insulina y, por tanto, eleva los niveles de azúcar en la sangre materna. La acción del HPL hace que la madre necesite mayores niveles de insulina producida por su propio páncreas. De este modo, el embarazo puede provocar en ocasiones la aparición de una diabetes latente.
Durante el embarazo se produce un aumento neto de la producción de proteínas, lo que indica que la madre debe seguir una dieta rica en proteínas.
La principal fuente de energía de la madre durante el embarazo es la grasa, por lo que los niveles de lípidos en sangre aumentan durante el embarazo.
El aumento de peso medio que debe producirse durante el embarazo es de unos 12,5 kg o 28 lb. La mayor parte del aumento de peso se produce durante la última mitad del embarazo.
Hay que tener en cuenta que, en lo que respecta al metabolismo de los fármacos, se produce un aumento del aclaramiento hepático materno de los mismos.
Añada a esta página información que sería útil tener a mano durante una consulta, como una dirección web o un número de teléfono. Esta información se mostrará siempre que visite esta página