Los tumores que surgen del trofoblasto muestran un espectro que va desde la mola hidatidiforme benigna hasta el coriocarcinoma francamente maligno.
Los lunares benignos se dan en 1 de cada 2.500 a 1 de cada 5.000 partos en el Reino Unido, el coriocarcinoma en 1 de cada 40.000 aproximadamente. El 5% de los lunares se diagnostican finalmente como coriocarcinomas. Una cuarta parte surgen de un embarazo normal o ectópico.
La raza, la edad y un embarazo molar previo son factores predisponentes.
Desde el punto de vista patológico, las vellosidades hidrópicas se observan con frecuencia en las lesiones benignas, pero suelen ser inidentificables en el coriocarcinoma. Cuando están presentes, las metástasis suelen producirse en el tracto genital inferior, el pulmón, el hígado y el cerebro.
La hemorragia vaginal es un signo precoz frecuente. En todos los casos se observa una elevación de la beta-hCG, que se utiliza para controlar la evolución de la enfermedad.
El tratamiento suele consistir en la evacuación seguida de quimioterapia y, en la enfermedad muy metastásica, además, radioterapia. La histerectomía suele aconsejarse en mujeres mayores de 40 años.
La beta-hCG debe controlarse durante al menos dos años tras el tratamiento inicial.
Los tumores tratados en los 6 meses siguientes al diagnóstico presentan una tasa de curación del 95%.
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