La pérdida repentina de visión es una urgencia oftalmológica y requiere la derivación inmediata al servicio de urgencias oftalmológicas.
El tratamiento de la neuritis óptica se orienta hacia la causa subyacente. Los corticosteroides sistémicos no están probados, excepto en los casos de papilitis en los que existen pruebas mínimas de enfermedad vascular del colágeno u otros signos de esclerosis múltiple.
La mayoría de los pacientes menores de 45 años recuperan la agudeza visual normal en 2 meses. Los pacientes mayores se recuperan peor y puede haber indicios de atrofia óptica.
Si la recuperación es mala, debe excluirse una lesión compresiva, especialmente si afecta a ambos ojos.
Los ataques son acumulativos. La pérdida visual significativa acompaña a los episodios repetidos de neuritis.
Si una persona tiene un episodio de neuritis óptica aislada, confirmado por un oftalmólogo, remítala a un neurólogo consultor para una evaluación adicional (1)
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